¡Involucra tus sentidos!

Hazte la siguiente pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que realmente saboreaste tu comida preferida?

A menudo, comemos mientras nuestra atención está puesta en el televisor, la pantalla de nuestros dispositivos, un libro o un sueño: comemos en piloto automático.

Mindful Eating o Atención Plena puesta al servicio de la alimentación, nos invita a eliminar esas distracciones y sentarnos, sin interrupciones, a disfrutar de la comida y la compañía.

Al comer más despacio, enfocamos nuestra atención en los sabores, los aromas y las texturas. Nos reconectamos con nuestros sentidos.

Poner en práctica esta técnica nos permite reencontrarnos con el placer de comer, dejamos de perdernos en la mente pensante y quedamos menos atrapados en las emociones complicadas que podamos tener en torno a la comida.

La alimentación consciente por sí sola no es una dieta, nos invita a estar presentes.

Con esta técnica aprenderemos a comer de acuerdo con nuestro peso corporal natural, no con el peso corporal prescrito por las imágenes de las revistas y la presión impuesta por los medios de comunicación. No implica ninguna estrategia ni recuento de calorías.

Simplemente estamos tratando de ser conscientes, para que nuestra mente esté más tranquila.

De esta forma, somos menos propensos a estar agitados o estresados o a comer de forma emocional.

Con esta práctica podemos observar nuestros patrones de alimentación, que nos permite tomar decisiones más conscientes y saludables. Así nos sentiremos más contentos con la forma en que comemos y aprenderemos a ser más compasivos con nosotros mismos.

Gracias a una alimentación consciente, podemos escuchar lo que nuestro cuerpo necesita.

En su sentido más amplio, la Atención Plena significa no sólo estar presente sino también ser curioso e interesado, con la voluntad de explorar cómo y por qué pensamos y sentimos cómo lo hacemos, sin juzgarnos.

La mente es poderosa y, cuando no se la entrena, puede volverse susceptible tanto a las emociones como a los hábitos.

Meditamos para mejorar nuestra calidad de vida, para tomar mejores decisiones en interés de nuestra salud general, no para modificar la forma o el peso de nuestro cuerpo.

Los beneficios de una alimentación consciente serán, por supuesto, subjetivos.

¿Te animas a tener una vida más sana y feliz? Y el punto de partida para ese cambio de perspectiva es una simple pregunta: ¿Cuál es mi relación con la comida?

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¡Gracias por leernos!

¡Hasta pronto!

Mindful Science y equipo.