Resiliencia: qué es y cómo ejercitarla
Existe mucha información sobre la resiliencia, pero ¿qué es realmente?¿se puede aprender a serlo? En este blog te contamos más sobre esta gran aptitud.
Para comenzar definiremos a la resiliencia como la extraordinaria capacidad que todos poseemos de transitar el dolor y las dificultades con fortaleza interior y entereza.
Sí, todos somos resilientes: aunque ciertas situaciones resulten extremas, poseemos mecanismos psicobiológicos que nos permiten soportar la presión y recuperar el equilibrio cuerpo-mente.
Sin embargo, la resiliencia es como un músculo. Se refuerza con el uso y se debilita con el desuso.
Las primeras investigaciones sobre la resiliencia reflejaron que en lugar de centrarse únicamente en las llamadas “áreas de vulnerabilidad”, los investigadores comenzaron a prestar atención a las fortalezas interiores de los individuos.
Encontraron a niños y niñas que sobresalían a pesar de no ser especialmente dotados y al estar atravesando circunstancias increíblemente difíciles, tenían lo que los psicólogos llaman un «locus interno de control»: creían que ellos, y no su situación, eran los orquestadores de su propio destino, que ellos eran los constructores de un futuro luminoso, y percibían el arduo presente como un paso necesario hacia el éxito y la libertad.
Además, estos niños poseían una fuerte conexión existencial: entendían que todo lo que sucede tiene un profundo sentido y propósito, y esto les permitía dotar de nuevo significado a las situaciones más desfavorables, creando de este modo nuevas posibilidades.
“He tenido incontables problemas en mi vida. La mayoría de ellos nunca ocurrieron.” – Mark Twain
Entonces, ¿Se puede aprender la resiliencia?
Si bien no existe ninguna prueba psicológica en particular acerca de esto, durante décadas se ha observado que ciertas personas son capaces de enfrentarse a obstáculos, amenazas e impedimentos sin conectar con emociones negativas y sin mostrar comportamientos victimistas ni derrotistas.
Una de las premisas más destacables dentro del estudio de la resiliencia postula que los acontecimientos no son traumáticos hasta que los percibimos como traumáticos: es nuestra percepción e interpretación lo que determina la forma en la que experimentamos lo que nos pasa.
Cuando percibimos la adversidad como un desafío y encontramos seguridad y confianza, nuestras capacidades interiores emergen. Cuando la vemos como una amenaza o un evento potencialmente traumático, anulamos nuestros mecanismos psicobiológicos de crecimiento y creamos un problema duradero que puede causar estrés, ansiedad y hasta depresión.
Si no te consideras una persona resiliente ¡no te preocupes! Ten siempre presente que la resiliencia se refuerza con el uso.
Cuanto más nos esforzamos por ser resilientes, más fomentamos la flexibilidad cognitiva que nos permitirá abrirnos a nuevas formas de percibir e interpretar lo que nos pasa
Podemos aprender a percibir los estímulos de forma diferente para replantearlos en términos positivos, lo que por supuesto requiere conciencia, claridad y discernimiento.
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¡Hasta pronto!
Mindful Science y equipo
Texto de Mindful Science
Edición: Nayla Funes y Nerina Crocce para Mindful Science.