Mente y Cuerpo. Las creencias, ideas y pensamientos pueden ayudarnos a sanar.

En tiempos de crisis, es natural que nos sintamos abrumados, ansiosos e incluso desesperanzados. Sin embargo, en medio de las dificultades, hay una oportunidad para encontrar un sentido más profundo y vivir con plenitud incluso en medio de la adversidad. 

En este artículo, exploraremos cómo nuestras creencias, ideas y pensamientos pueden desempeñar un papel fundamental en nuestra capacidad de sanar y encontrar bienestar durante momentos difíciles.

Los pensamientos, creencias e ideas prefijadas sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea poseen un efecto en la salud, tanto positivo como negativo.

Y ¿de qué depende alcanzar un efecto positivo? Bueno, según Jon Kabat Zinn depende de nuestras PAUTAS DE PENSAMIENTO. 

En su libro “Vivir con plenitud la crisis”, Kabat Zinn hace referencia a que estas pautas de pensamiento son la base de nuestros motivos para hacer cosas y adoptar opciones.

Es decir, influyen en nuestra confianza para realizar las cosas que nos motivan, en nuestra autoeficacia que es nuestra capacidad para hacer que esas cosas sucedan y en la actitud que adoptamos frente a las diferentes situaciones que se nos presentan. 

 “No es el mundo el que nos coloca en mayor peligro de enfermedad si no la forma en que vemos lo que nos sucede”

Una de las prácticas más poderosas para cultivar una actitud positiva y nutrir nuestro bienestar mental es la meditación mindfulness. 

La práctica del mindfulness nos permite desarrollar una mayor claridad mental y una conexión más profunda con nosotros mismos, lo que a su vez puede ayudarnos a lidiar con las emociones y pensamientos negativos que surgen durante una crisis.

Imagina que estás atravesando una situación de desempleo debido a una crisis económica. Puedes experimentar pensamientos como "Nunca encontraré otro trabajo" o "No tengo habilidades suficientes para conseguir un empleo decente". Estas creencias pueden generar un ciclo negativo de autodestrucción y desesperanza.

Aquí es donde la práctica habitual del mindfulness puede desempeñar un papel fundamental. Al practicar la Atención Plena, puedes observar esos pensamientos negativos sin juzgarlos y permitir que se desvanezcan sin aferrarte a ellos. 

Esto no implica negar la realidad o ignorar las dificultades, sino más bien desarrollar una perspectiva más equilibrada y consciente. Desarrollar una actitud optimista: ver los hechos “malos” como hechos puntuales que tienen solución, con consecuencias específicas, es decir, sin realizar proyecciones globales o catastróficas.

Al meditar, puedes reconocer que los pensamientos son solo pensamientos, no necesariamente la verdad absoluta. Puedes aprender a cuestionar tus creencias limitantes y reemplazarlas por pensamientos más realistas y constructivos. Por ejemplo, en lugar de "Nunca encontraré otro trabajo", puedes cambiarlo por "Estoy enfrentando un desafío, pero estoy adquiriendo nuevas habilidades y explorando oportunidades".

Practicar la autocompasión también es una gran herramienta. En lugar de culparte a ti mismo por la situación o compararte con los demás, puedes cultivar la compasión hacia ti mismo y reconocer que estás haciendo lo mejor que puedes en circunstancias difíciles. 

La meditación mindfulness puede ayudarte a desarrollar una actitud de aceptación y bondad hacia ti mismo, lo que puede permitirte vivir con plenitud la crisis. 

Además de la meditación mindfulness, hay otras prácticas y enfoques que pueden respaldar nuestra capacidad para vivir con plenitud en medio de la crisis. Estos pueden incluir la terapia cognitivo-conductual, la escritura terapéutica, el apoyo de grupos de pares y la búsqueda de actividades que nos brinden alegría y significado.

Puedes aprender a utilizar nuestra mente a tu favor. Nuestras creencias, ideas y pensamientos pueden influir profundamente en nuestra capacidad para enfrentar y superar una crisis.

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