1) Establece una rutina diaria de sueño:
El cuerpo humano tiene un reloj biológico interno llamado ritmo circadiano, que regula el ciclo sueño-vigilia. Mantener una rutina de sueño regular ayuda a sincronizar este ritmo.
Te recomendamos intentar acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
2) Crear un ambiente propicio para el descanso:
Estudios científicos realizados por especialistas en trastornos del sueño exponen que la oscuridad, la utilización de luces tenues y el silencio favorecen la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño.
Entonces, mantener tu habitación oscura, tranquila y a una temperatura agradable promueve un sueño profundo y reparador.
3) Limitar el uso de pantallas. Intenta realizar un detox digital por las noches:
La luz azul emitida por dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina y alterar el ciclo circadiano.
Apagar los dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de acostarte, es una gran idea. También existen ajustes, en los teléfonos móviles, tablets y netbooks que reducen la luz azul en la pantalla en las horas previas al sueño. ¡Utiliza la tecnología a tu favor!
4) Alimentación saludable:
La ingesta de cafeína, alcohol o comidas pesadas durante la noche, pueden afectar significativamente el sueño.
Trata de evitar estos alimentos y bebidas durante, al menos, 6 horas antes de acostarte. Esto hará una gran diferencia en tu descanso.
5) Practicar la higiene del sueño:
Establecer una rutina relajante antes de dormir prepara a tu cuerpo y mente para descansar.
Realiza actividades relajantes antes de acostarte, como leer un libro, tomar un baño caliente o una práctica meditativa para terminar tu día en Consciencia Plena.
Meditar por la noche , incluso antes de acostarse, ayuda a liberar las tensiones del día, desestresarse y conciliar el sueño.