Cómo salir de la tormenta mental y la angustia en 3 sencillos pasos
12 min de lectura - 18 Ago 2019 - por Nayla F.
La tormenta mental es ese bombardeo de pensamientos negativos que te llena de angustia y te resta salud.
El problema es que toda esta negatividad no resuelve tus preocupaciones.
Durante la tormenta mental tu mente no está buscando soluciones ni planeando estrategias que te ayuden a cambiar todo aquello que te sume en el agobio y la opresión interior.
Se pierde, salta de pensamiento en pensamiento como un mono saltaría de rama en rama y te agota, pero no soluciona nada.
¿Quieres aprender a salir de ahí?
En este artículo vas a aprender una sencilla técnica de 3 pasos para despejar las negras nubes de esta tormenta mental y regresar a la calma y la presencia.
La Tormenta Mental:
Nuestra mente tiende a imaginar escenarios futuros que nos asustan o quedarse atrapada en el dolor del pasado. Sucede por sí mismo.
Ahora bien, el hecho de que sea normal no quiere decir que sea útil. De hecho, no lo es en absoluto.
Además de que no te ayuda a darle solución a tus problemas, la negatividad activa una respuesta de protección en el sistema nervioso que detiene nuestras funciones de crecimiento cognitivo y orgánico.
Nos volvemos reactivos. El cuerpo se contrae y la mente carece de profundidad. No podemos pensar con claridad.
Pero podemos salir de ahí.
Es lo que voy a mostrarte a continuación.
Lo he llamado la Regla del Momento, y es un método de 3 pasos que puedes usar en cualquier situación.
La Regla del Momento
La Regla del Momento es una sencilla técnica de 3 pasos que te ayuda a:
– Salir de la tormenta mental.
– Tomar conciencia de tus necesidades y tus posibilidades reales aquí y ahora.
– Actuar para crear soluciones.
Es una técnica que puedes usar en cualquier situación, en todo momento.
Vamos a ver los 3 pasos.
PASO 1: Salir de la tormenta
Cuando la tormenta mental aprieta y nos agita, la mejor forma de salir de ahí es usar la respiración.
Tu respiración es una especie de superpoder que te permite calmar las agitadas aguas de la mente.
Verás, cuando estás en medio de la tormenta mental, tu cuerpo respira de forma acelerada. El nivel de dióxido de carbono en el torrente sanguíneo cambia, provocando que la amígdala dispare estados emocionales de miedo y ansiedad.
Pero cuando respiras de forma pausada y profunda, poniendo toda tu atención en est acto, entras en un estado hipometabólico en el que la sangre se vuelve menos ácida, lo que permite que la amígdala interprete que no hay amenazas acechándote y calme su reactividad.
Además, las puertas que bloquean el nervio vago, el nervio craneal más largo, se abren, indicándole al cerebro que puedes permitirte descansar y restablecer todas tus funciones cognitivas y orgánicas.
La premisa es simple: una respiración calmada trae calma. Un montón de cosas suceden instantáneamente en tu cuerpo y en tu mente, restableciendo el equilibrio y disipando los negros nubarrones de la tormenta.
Nos sentimos físicamente relajados y mentalmente conscientes.
PASO 2: toma conciencia de tus necesidades… y tus posibilidades
Al respirar calmadamente, empiezas a divisar la luz que se esconde tras los nubarrones.
Es el momento de preguntarte:
¿Qué puedo hacer aquí y ahora, en este momento, para dejar de vivir desde el miedo?
Normalmente tu miedo se enfoca en tus necesidades no satisfechas, así que volverte consciente de tus necesidades más inmediatas es el paso más eficaz.
No se trata de buscar opciones que transformen tu vida de un plumazo, sino de pequeñas acciones que puedes emprender de inmediato para cambiar tu estado interior.
Se trata de buscar ese primer paso significativo que puedes dar ahora mismo.
Puede ser una llamada, un paseo, un masaje, una página de ese libro…
Algo que puedas hacer en este momento. Por eso lo llamamos la Regla del Momento.
PASO 3: acción
Ahora que sabes lo que necesitas, se trata de hacerlo.
La acción es el verdadero catalizador del cambio. Sin acción, no hay transformación.
Cuando la tormenta mental distorsionaba la realidad no podías ser consciente ni sabías hacia dónde dirigirte, pero los pasos 1 y 2 te ayudaron a cambiar eso. Ahora ya sabes lo que puedes hacer. Has considerado tus opciones y te has vuelto consciente. Ahora, comprométete y actúa.
Y después, convierte esas acciones en hábitos. Así cada día estarás dando ese paso significativo que te pone en el camino de darte lo que necesitas y satisfacer tus necesidades.
De la tormenta a la calma
Esa vida extraordinaria que queremos experimentar no puede manifestarse instantáneamente. Todo lleva su tiempo y su proceso.
Pero sí podemos hacer que el presente cuente, y que momento a momento esa vida vaya tomando forma.
Cuando conectamos con el momento presente desde un ángulo de calma, las nubes grises de la tormenta mental comienzan a abrirse.
Nuestras reacciones automáticas, nuestras distorsiones mentales y nuestros patrones de comportamiento habituales se van disipando. Y encontramos la luz que siempre estuvo ahí, escondida tras la negrura de la tormenta.
Estrés, miedo, ansiedad o preocupación compulsiva surgen de nuestra actitud ante la vida, no de la vida misma.
Es nuestra forma de percibir lo que sucede, nuestro estado de atención, lo que nos trae la paz o el agobio.
Cuando aprendemos a relacionarnos con lo que sucede de forma diferente y ponemos a trabajar las habilidades que teníamos desatendidas, la tormenta mental se calma y la plenitud emerge.
La Regla del Momento te ayuda a salir de la reactividad y relacionarte con tu realidad de forma más objetiva, atenta y resiliente. Conectas con la vida desde una nueva luz. Y tu vida comienza a tomar un nuevo rumbo gracias a tus acciones diestras.
Tus mejores virtudes ya están en ti, solo tienes que desarrollarlas con perseverancia y práctica continuada.
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¡Gracias por leernos!
¡Hasta pronto!
Texto de Nayla Funes para Mindful Science
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