7 estrategias para desarrollar tu resiliencia.

La resiliencia es una habilidad que todos poseemos, podemos mejorarla y fortalecerla con práctica y dedicación. En éste blog te damos algunos tips para ayudarte.

¿Alguna vez te has sentido abrumad@ por los desafíos y necesitas herramientas para enfrentar las dificultades con mayor fortaleza y optimismo? Sigue leyendo y descubre cómo puedes construir tu resiliencia día a día.

¿Estás listo?¿Estás lista? Vamos allá

1 | TRANSFORMA TU RELATO.

Todos tenemos un narrador interno que tiende a exagerar.

Cuando se trata de imaginar nuestro bienestar y proyectarlo hacia el futuro, tendemos a exagerar el impacto y la duración de los eventos dolorosos. A esta conclusión han llegado los doctores Tim Wilson y Dan Gilbert, que en sus estudios de “pronóstico afectivo” (affective forecasting) han encontrado que las cosas malas nos hacen sentir mal, pero no por tanto tiempo como pensamos ni con tanta intensidad: las personas solemos aferrarnos a la desesperación con mucha facilidad, pero rara vez llegamos a experimentar esos extremos que habíamos imaginado.

El Dr. Wilson explica que poseemos un "sistema inmunológico psicológico" que cura nuestras heridas emocionales. Según su investigación, nuestra mente inconsciente utiliza este mecanismo para ayudar a la mente consciente a relativizar nuestras vivencias dolorosas, de modo que con el paso del tiempo el narrador interior comienza a contarnos una historia más agradable.

Aunque la voz interior tienda al dramatismo, con el tiempo todo se va reenfocando gracias a este sistema inmunológico psicológico, y la mejor forma de favorecerlo es mantener siempre una actitud resiliente. 

2 | TODO ES UNA CUESTION DE ACTITUD.

Con la actitud correcta, todo se vuelve más claro. Cada evento negativo es una oportunidad de crecimiento y de ejercitar la resiliencia.  

Si cada vez que enfrentamos problemas o dificultades adoptamos una actitud derrotista o nos victimizamos, nuestra resiliencia se atrofia.

Conserva siempre una actitud de crecimiento.

3 | ¿QUIEN CREO QUE SOY?

¿Somos lo que creemos que somos? ¿Estamos viendo una versión distorsionada de nosotros mismos, una que es irreal pero nos resulta familiar y cómoda?

La negatividad suele ser resultado de una percepción desdibujada de la realidad, así que evaluar nuestra realidad: personalidad, comportamiento, relaciones sociales, de una forma más imparcial nos permite darnos cuenta que muchas de nuestras fortalezas siempre estuvieron ahí.

Las prácticas introspectivas como el mindfulness son una excelente forma de favorecer esta percepción ecuánime y redescubrir capacidades que estaban guardadas en nuestro interior, dormidas.

4 | CREA UN DIARIO DE GRATITUD.

Nuestro cuerpo y mente responden rápidamente a los cambios positivos que la gratitud pone en funcionamiento. 

Conectar con la gratitud hace que nuestra personalidad se vuelva más y más resiliente: se trata de una sencilla pero excelente forma de transformar nuestras vidas, avalados por la ciencia.

5 | ENFRENTA TUS MIEDOS.

El  miedo es un estado emocional, que surge como respuesta automática de la consciencia ante una situación que podría significar un potencial peligro. Lo podemos relacionar, también, con la desconfianza de que algo malo nos pueda llegar a ocurrir.  

Todos lo hemos experimentado alguna vez. El miedo es normal, ya que significa una señal buena y positiva de protección.

Si hay algo que nos aterra, podemos dotarlo de nuevo significado dando pequeños pasos seguros: nos exponemos lenta y repetidamente a eso que tanto nos asusta, a esto muchos profesionales lo llaman “terapia de exposición”. 

La idea de esta estrategia no es eliminar nuestros miedos definitivamente, sino entrar en contacto con nuestro valor y nuestra resiliencia.

No se trata de dejar de tener miedo, sino de seguir adelante a pesar del miedo.

6 | PRACTICA LA COMPASIÓN.

La compasión y autocompasión nos ayudan a abordar el sufrimiento de otros y nuestro propio sufrimiento con una actitud de bondad y no juicio.

Cuando nos volvemos conscientes de que todos experimentamos emociones y situaciones profundamente dolorosas, nos alentamos a salir del dramatismo en que vivíamos y desarrollamos una personalidad resiliente.

7 | PRACTICA EL PERDÓN.

Cuando no perdonamos liberamos todos los neuroquímicos del estrés y la ansiedad. Además, el cerebro entra en lo que se conoce como "la zona de no-pensamiento", un estado cognitivo en el que nuestras facultades mentales se ven seriamente limitadas: no podemos pensar con claridad, y nuestra capacidad de resiliencia corre el peligro de quedar anulada.

Perdonar es salir al encuentro del otro, lo que nos permite al mismo tiempo salir al encuentro de nosotros mismos. 

Dejar de asociar las equivocaciones (propias o de los demás) con estados de rencor y hostilidad permite que nuestro cuerpo-mente encuentre un punto de equilibrio óptimo en el que emerge lo mejor de nosotros mismos.

“En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible.” – Albert Camu

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¡Gracias por leernos!

¡Hasta pronto!

Mindful Science y equipo.

Texto de Mindful Science
Edición: Nayla Funes y Nerina Crocce para Mindful Science.

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